Recuerdo que fue en el 81. Era una noche triste. Especial para el Blues.
Volvía Pajarito Zaguri luego de mil quinientos años de no estar. Volvía el Blues nacional, el Blues Argento. Ese blues que había empezado a fines de los 60 y principios de los 70 con Pappo, con Zaguri, con Billy Bond (el viejo Bondo), con Los Gatos, con Pappo... Pappo...
Volvía el Pájaro y cantaba La Balsa y esa niña, que sabrá la niña... que me viene a hablar a mi que dormí con Tango en la plaza... Si tu fueras un gigante de verdad no tendrías que estar llevándote a toda la gente en cana... los carros de policía y los colectivos fueron testigos de esa noche en obras. Se llevaron al 50% del público. Ese que se paraba si quería bailar el blues triste argento... Así se lo llevaron a Rockanroll, el amigo de mi amigo Miguel. Por bailarle en la nariz al cana que estaba en un pasillo. Se lo llevaron como decía el Manal, Javier Martínez. Se lo llevaban de vacaciones por un día sin cobrarle, nene...
Fue genial esa noche, porque descubrí las raíces de un blues distinto. Y ver a mi lado, apenas a dos asientos mío, a León Almará, guitarrista y saxo de Memphis La Blusera, probando sonido. A dos asientos del mío. Escuchando a ver si se oía. Fue un Memphis desconocido para mí, hasta esa noche. Conste que habían arrancado en el 78, en el teatro Unione e Benevolenza. Pero yo nunca los había escuchado.
Empezó el show y no entendía nada... Miguel gritando que quería un Blues bien podrido y yo grababa y grababa... Dónde está el Pájaro? preguntaba... Y el Pájaro no estaba porque no era su banda. Era un grupo nuevo. Soporte de Zaguri. Se llamaba Memphis la Blusera... y lo decían cada dos minutos en el primer tema... Blues Porteño... Memphis la blusera!!!!
Con Emilio Villanueva, Daniel Beisermann, Emilio alfano, León Almará... Tendría que volver a escuchar el viejo cassette para acordarme de todos y de qué instrumento tocaron esa noche.
Pero lo que más me quedó en la cabeza, además de esa música de los dioses que me voló el mate, fue a un pibe petiso, flaquito, de polera negra y vos aguardentosa, que chupaba de una botella de vino, que tenía detrás de la batería y que cantaba como hay que cantar el blues.
Al pibe lo vi luego de nuevo cuando los poquitos que quedábamos nos fuimos para adelante, al pie del escenario, cuando tocaba el Pájaro su versión de La Balsa. Ahí le comenté lo que me había gustado su banda. Esa banda nueva que se llamaba Memphis, la Blusera. Y él me lo agradeció humildemente.
Lo volví a ver en el 2006, cuando arreglé con Daniel Beisermann, para pasarles la cinta que había grabado en esa noche del 81, noche triste, fria y cruel.
Ahí lo vi de nuevo a Adrian. Agarrado de dos minas a la salida de La Trastienda, con un traje abierto. Ya no era flaquito, pero tenía esa voz maravillosa... y mejorada por la experiencia de tantos años.
Me agradeció la cinta y me prometió escucharla. Luego me enteré que la estuvieron escuchando en el camarín y que les trajo 10 mil recuerdos. No se si algún día harán una grabación de eso...
Chau Adrián!!!
Te vamos a extrañar tanto!!
Por un momento me traslado a esa noche del 81 y veo a rockanroll como se lo van llevando a pasar vacaciones por un día sin cobrarle, nene...
Un abrazo de amistad, de esa amistad que nos da la música, con sólo vernos un par de veces en la vida.
Sr. Cairo