Tras la revolución que derrocó al último Rey de Roma, Tarquino el Soberbio, el Rey Etrusco Lars Porsena (o Lars Porsenna) acude en la ayuda de su par que también tenía aparentemente orígenes etruscos. Parece ser, según varias fuentes de la época, incluida la de Tito Livio, que a causa de la impresión que recibe de la feroz defensa que hacen los romanos en las puertas de su ciudad (en el puente Sublicius sobre el río Tíber) decide marcharse. Otras fuentes indican que venció al ejército de Horacio y capturó la ciudad, la que fue sometida durante mucho tiempo. De todas maneras, Tarquino nunca recuperará el trono.
Lars Porsena fue un rey etrusco de la ciudad de Clusium, a finales del siglo VI a.C.
La figura en cuestión representa al Rey Lars Porsena comandando sus tropas en campaña a la entrada de Roma. Está fabricada en plomo por la firma Doncino & Doncino a fines de los ochenta y está pintada con acrílicos. Terminé de pintarla en 1997. La base y la piedra están fabricadas en masilla. Tiene un pedestal en madera. El escudo tiene un dibujo típico de la época griega. Desgraciadamente no existen fuentes firmes de cómo era el escudo de este rey, pero basándome en el hecho de su condición real, lo pinté simulando bronce que era un metal bastante apreciado por ese entonces.
Lars Porsena fue un rey etrusco de la ciudad de Clusium, a finales del siglo VI a.C.
La figura en cuestión representa al Rey Lars Porsena comandando sus tropas en campaña a la entrada de Roma. Está fabricada en plomo por la firma Doncino & Doncino a fines de los ochenta y está pintada con acrílicos. Terminé de pintarla en 1997. La base y la piedra están fabricadas en masilla. Tiene un pedestal en madera. El escudo tiene un dibujo típico de la época griega. Desgraciadamente no existen fuentes firmes de cómo era el escudo de este rey, pero basándome en el hecho de su condición real, lo pinté simulando bronce que era un metal bastante apreciado por ese entonces.
Efectivamente el bronce suena muy lógico, ahora viendo el tamaño del escudo y el grosor que debía tener para parar golpes, debe haber sido pesadísimo.
ResponderEliminarSí... seguro. Y el peligro no era que te cortaran. Sino que te rompieran el brazo con el golpe. Porque pegaban al escudo y el escudo te golpeaba directamente a vos.
ResponderEliminarSaludos
YO siempre que veo "una de romanos" en cine, o una historieta donde estos guerreros van y pegan y pegan y pegan con esas pesadas armas y esos escudos, me pregunto: ¿cuánto tiempo aguantaria yo peleando así?
ResponderEliminarSí, varias veces, me he preguntado lo mismo.
ResponderEliminarY me contesto: Muy poco.
La manera de guerrear era realmente brutal. Como diría Miguelito, el amigo de Mafalda, más artesanal que hoy en día.